Bendice al Señor, alma mía;
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles
asentaste la tierra para siempre.
Con un vestido de mares la cubriste
y las agaus en los montes concentraste. R.
En los valles haces brotar las fuentes,
que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves,
que cantan entre las ramas. R.
Desde tu cielo riegas los montes
y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados
y pasto para los que sirven al hombre. R.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas.
Bendice al Señor, alma mía. R.